martes, 15 de noviembre de 2016

ÉL NO TIENE LA CULPA



La congestión de pacientes siempre es alta y más esta última mitad de año, en la que 850 personas pidieron su traslado aquí para atenderse. Se ven colas desde las cinco de la mañana en admisión, citas, acreditación, laboratorio y los consultorios más concurridos. Hay gestantes, mujeres, hombres, ancianos, niños, bebés, todos con distintos problemas y distintos dolores. Pero hay grupo de personas que es mayor en cantidad: los que se quejan.

Estas personas se quejan por las horas que esperan, por la atención que reciben, por la escasez de medicina e insumos, por los tumultos, por las citas  tardías. Y en todas sus quejas los culpables son los médicos, a quienes tildan de negligentes, de inútiles sin vocación, de improvisados. Ese médico que salvan su vida. Ese médico que atiende el doble de pacientes en el mismo turno sin un sol más en su boleta pago. Ese médico que corta una gasa en 2 para poder atender 2 pacientes. Ese médico que deja a su familia para curar la salud de otras. Ese médico que no duerme. Ese médico al que nadie felicita ni agradece y, a pesar de todo, debe seguir atendiendo.

Pero, él no tiene la culpa. No, señor paciente. Baje el celular y corte el video con el que culpara a su médico en redes sociales. Deje de decirle a sus conocidos que aquí se atienden mal. Él no tiene la culpa. Culpe al presidente que eligió, a los congresistas que eligió, al ministro de salud, a Essalud, a los directores, a ellos, por favor. No a quienes tienen que sacar adelante el hospital poniendo sus rostros para ser señalados.  Los médicos no son quienes duplicaron el número de pacientes, no son quienes compran medicina de mala calidad y en poca cantidad, los médicos no son quienes les dan citas urgentes cada 6 meses.

La próxima vez que vea una publicidad con jingle pegajoso diciendo “se duplicó el número de pacientes atendidos en tal lugar”, piense cuántos médicos más fueron contratados, si se duplicó la medicina o no. Pregunte, cuestione, no culpe. Y por favor, agradezca, felicite la labor del personal de su hospital, porque son personas desconocidas que tratan con cientos de pacientes al día siendo cuestionados, juzgados y maltratados, y aun así defienden su vida como propia.


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